Vuelta Aérea de España 2010: Por fin en Santiago… pero en autobús

Vuelta Aérea de España 2010: Por fin en Santiago… pero en autobús

Imposible volar. Con esta frase se describe las condiciones meteorológicas que están haciendo que hasta el momento, los aviones participantes de la XLIV Vuelta Aérea de España – XXVII Trofeo de SM El Rey, no hayan podido entrar en competición. El día anterior terminó con la cena-recepción por parte de las autoridades civiles y militares de la ciudad de León, así como los principales responsables del Real Aero Club de León, que actuaron como unos magníficos anfitriones para todos los participantes. Tras la cena una reunión de la organización técnica con los pilotos para analizar la meteorología y decidir el plan del día siguiente. Al final, y a pesar de las ganas de volar de todos los participantes, se decidió continuar la ruta hacia Santiago de Compostela en autobús, decisión difícil, pero la más sensata desde el punto de vista de la seguridad.

De todas formas, la tripulación del Aviocar del 721 Escuadrón llego a primera hora a la Base Aérea de León, procedente de Burgos, por si había algún cambio, pero se han quedado en la ciudad “en alerta”, a la espera de poder apoyar a la organización en cualquier cosa que necesite. Así que esta mañana toda la caravana embarcaba nuevamente en un autobús, para dirigirse en un primer momento al Real Aero Club de Lugo, que está situado en el aeródromo de Rozas, en la localidad de Castro de Rey. Allí hemos comido con los responsables del aeroclub, que nos han tratado muy bien, enseñándonos, además, sus hangares. Hay que recordar que este aeródromo de origen militar tenía tres grandes hangares idénticos, de los cuales dos de ellos fueron trasladados a otras bases, uno a Palma de Mallorca (1958) y otro a la Base de Cuatro Vientos en Madrid (1959). Hay que señalar que este es precisamente el hangar del que dispone el Real Aero Club de España, en el aeropuerto madrileño.

A primera hora de la tarde hemos salido nuevamente por carretera hacia Santiago de Compostela, donde hemos llegado un par de horas después. Desde entonces todos estamos mirando al cielo para ver si por fin mejora, lo que nos permitiría realizar alguna de las etapas previstas, durante el día de mañana.